Han surgido numerosos programas nuevos de diseño, plataformas y aplicaciones móviles con el mismo propósito. En este momento, me gustaría centrarme específicamente en Canva.
Canva es una herramienta de diseño gráfico en línea que ofrece sus servicios de manera gratuita, lo cual ya es una ventaja notable. A diferencia de la mayoría de los programas de diseño, el Canva básico no requiere pagos mensuales para su uso. Esto lo hace accesible para una amplia gama de usuarios. Cabe destacar que tiene otros planes que sí son de pago.
Personalmente, he encontrado que Canva es una herramienta sumamente útil y fácil de utilizar. Destaca por su integración con redes sociales y su capacidad para publicar contenido directamente en diversas plataformas. Sin embargo, en lo que respecta a la preparación de archivos para impresión, Canva presenta algunas limitaciones significativas.
Los archivos generados para imprimir suelen presentar una serie de problemas. Por ejemplo, es común encontrar situaciones donde tengas en pantalla un cartel con el logo de tu empresa, pero al imprimir, el logo simplemente desaparece. Por otro lado, es posible que al revisar el archivo PDF, veas círculos, pero al imprimirlos, estos círculos salgan con recuadros al rededor (ver imagen).
Soy de la opinión que cada software para su tarea. A veces queremos abarcarlo todo, pero puede que el remedio sea peor que la enfermedad. No obstante, espero que, para un futuro, Canva logre evolucionar en la preparación de archivos para imprenta y, por supuesto, que siga siendo gratis por lo menos en su plan básico.
En el diseño editorial, y específicamente en el diseño de un libro, la materialización del mismo es esencial. No solo por tradición, comodidad o costumbre. El objeto físico funciona también para captar la atención del lector. Aunque no debemos juzgar un libro por su portada, es inevitable que esto pase. A fin de cuentas, el 80% de las cosas nos entran por los ojos. Sin embargo, no solo la portada es importante: la calidad de la edición, el tipo de encuadernación y los acabados también influyen en nuestra percepción de un libro.
La estructura y los acabados no solo lo embellecen. También hacen que la experiencia de tenerlo en las manos sea especial. Aunque el contenido sea el mismo, un buen acabado cambia la forma en que lo apreciamos. Su apariencia es una forma de conectar al lector con el libro.
¿Cuáles son los elementos a tener en cuenta en el diseño del libro?
Luego del contenido, es necesario saber como llevarlo al mundo objetual (si esta es la intención). Básicamente, existen elementos que, entendiéndolos, nos ayudarán en la producción. Esto incluyen la encuadernación, el tipo de tapa, el formato y los acabados. Estos últimos no solo mejoran la estética del libro, sino que también añaden valor.
Es importante decir que existen otros tipos de factores que no son tan evidentes, pero sí de mucha importancia. El interlineado, el interletrado, el tamaño de la tipografía que permite que la lectura sea fluída o no. Los espacios en blanco que permiten hacer una pausa. Y como estos, podríamos mencionar muchísimos más, pero en esta ocasión hablaremos sobre los que mayor relación guardan con la imprenta.
Hemos visto diversas maneras de manejar estos recursos en festivales y ferias del libro. Cada evento aporta su propio enfoque creativo. Un ejemplo que destaca particularmente es Recreo, en Valencia. Este festival no solo cuida el contenido literario; sino que también presta especial atención a la visualidad del libro, logrando una experiencia completa. Se convierte en un espacio donde la estética del diseño editorial juega un papel fundamental para atraer a los lectores. El libro no solo se aprecia por su valor literario, sino también por su valor visual y artístico.
Imagen de FORMATA tomada en Recreo 2024
Encuadernación
La encuadernación es un aspecto tanto técnico como creativo. Consiste en unir las hojas de un libro para formar un volumen completo, dándole estructura y durabilidad. Este proceso puede involucrar diversas técnicas y materiales, y su elección influye tanto en la estética como en la funcionalidad del libro.
Un ejemplo es la encuadernación copta. Se caracteriza por su costura expuesta, realizada con puntadas de cadeneta múltiples que unen las secciones de páginas directamente a las cubiertas. Permite que el libro se abra completamente en plano, lo que facilita la lectura y la manipulación del texto.
La copta deja el lomo al descubierto, lo que crea un aspecto rústico y artesanal muy valorado en la actualidad. Además, este tipo de encuadernación se presta a la incorporación de diversos materiales en las cubiertas, como cuero, cartón o papeles creativos.
Tapa dura o tapa blanda
Si bien tiendo a priorizar la funcionalidad sobre la estética, la rigidez de la cubierta tiene un impacto significativo en la percepción del lector. Un libro de tapa dura transmite una sensación de lujo y, más importante aún, ofrece una mayor durabilidad. Sin embargo, una tapa blanda cuidadosamente diseñada, utilizando papeles especiales como verjurados o perlados, puede igualmente destacar por su elegancia. Además, la tapa blanda es más ligera y fácil de manejar, lo que la hace ideal para la lectura cotidiana, sin sacrificar calidad si se eligen los acabados apropiados. Ambas opciones pueden comunicar un alto valor, dependiendo de la visión creativa del proyecto.
Formato
¡Me encanta hablar sobre el formato! y me imagino que ya sabrás por qué. Sí, jugando con esta palabra surgió el nombre del proyecto que te estoy mostrando. Pero bueno, volviendo al tema…
El formato hace referencia al tamaño, y este aspecto influye significativamente en la experiencia del lector. Un libro de formato acogedor o de bolsillo es ideal para la lectura diaria, facilitando su transporte y comodidad en el manejo. En contraste, un libro de mayor tamaño, como los destinados a colecciones fotográficas o de pinturas, no solo destaca el contenido visual, sino que también ofrece una experiencia más envolvente y espectacular. Así, el formato no solo define las dimensiones físicas del libro, sino que también afecta la percepción y la funcionalidad del mismo.
Solapas
Las solapas de un libro no solo ofrecen espacio para información adicional, sino que también pueden convertirse en un elemento creativo que resalta mediante texturas. Al incorporar técnicas como el troquelado, las solapas pueden complementar la cubierta y crear una experiencia visual y táctil más atractiva. Pueden incluir detalles que capturan la atención del lector, como fragmentos de capítulos o citas.
Cantos del libro
Imprimir diseños en los cantos de un libro es un detalle que marca la diferencia en su presentación. Este acabado lo personaliza y puede reforzar el tema del contenido. Un diseño atractivo en los cantos no solo es un guiño en el producto final, sino que también enriquece la experiencia del lector, transformando un libro común en una pieza de colección memorable.
Las texturas son un tipo de acabado sensorial que no solo buscan mejorar la apariencia visual, sino también generar una experiencia táctil única para el lector. Pueden crearse mediante técnicas como el barniz UVI, que da brillo y/o relieve a ciertas áreas, el stamping, o el uso de papeles especiales que imitan materiales como la tela, el cuero. Combinados con otros acabados, como los troquelados, las texturas aportan volumen, profundidad y énfasis. Más adelante, profundizaré sobre ellos.
Con el avance tecnológico, surgen nuevos acabados o nuevas variantes de combinación. Cada uno de estos elementos aporta una dimensión única y realza el poder expresivo en el amplio panorama de la impresión y el diseño.
Los acabados son capaces de convertir hojas de papel ordinarias en obras que influyen en la percepción humana. A través de texturas se exaltan las características de un proyecto en sí. Intensifican tanto el atractivo estético como la narrativa comunicativa. ¿Mi recomendación? Puedes consultarme para saber cuál es el más adecuado para tu proyecto.
En un mundo donde la competencia es cada vez mayor y la diferenciación es esencial, la comunidad de diseñadores y profesionales de la impresión ha explorado constantemente nuevas formas de destacar. Los acabados de impresión digital se han erigido como un elemento fundamental en este proceso, añadiendo capas de sofisticación y carácter a cada proyecto.
Las tarjetas de visita, históricamente, han sido herramientas meramente informativas. Un pedazo de papel que contenía los datos básicos de contacto de una persona.
Sin embargo, en los últimos años hemos visto una evolución. Ahora se han transformado en algo más que simples vehículos de información. Hoy, una tarjeta de visita ya no es solo un medio para compartir tu número de teléfono o correo electrónico. Se ha convertido en un símbolo que comunica mucho más que tus datos.
La tendencia hacia las tarjetas premium, hechas con materiales exclusivos o acabados de lujo, plantea una pregunta interesante. ¿Se están utilizando estas tarjetas para reflejar el estatus de la persona o empresa detrás de ellas?
En épocas pasadas, los nobles decoraban sus palacios con columnas ornamentadas para subrayar su poder y prestigio. Las tarjetas de visita actuales parecen seguir la misma lógica. Están cargadas de un mensaje implícito: «esto es lo que soy y lo que represento».
Ya no se trata solo de la información que se presenta. Lo que importa es la impresión que se genera. Las tarjetas creativas, con diseños innovadores o interactividad, no solo buscan llamar la atención. También comunican un valor añadido, una personalidad distintiva o un nivel de profesionalismo.
Se han convertido en herramientas que no solo venden los servicios de una persona o empresa. También venden la imagen que desean proyectar.
En este contexto, es inevitable preguntarse: ¿Se refleja en las tarjetas de visita el mismo afán de ostentación que los antiguos ornamentos arquitectónicos? ¿Han perdido su función original, pasando de ser un producto informativo a convertirse en un reflejo de estatus personal o profesional?
Hoy quiero hablar sobre un elemento aparentemente sencillo. Aunque con una importancia significativa en el ámbito profesional: las tarjetas de visita. A pesar de su tamaño reducido, su diseño y producción implican una serie de consideraciones. Estas influyen directamente en su efectividad como carta de presentación para un profesional o una empresa. Es por ello que a continuación mencionaré algunos de los requisitos esenciales que deben tenerse en cuenta al crear este tipo de producto gráfico.
Tamaño
El tamaño es uno de los aspectos más importantes al diseñar tarjetas de visita. La dimensión estándar, típicamente 85mm x 55mm, es ideal. Permite que la tarjeta se ajuste perfectamente en carteras y monederos. Personalmente, desaconsejo optar por dimensiones mayores, aunque sí se puede considerar una reducción ligera para garantizar que las puntas no se deterioren al guardarlas.
Selección tipográfica
La selección tipográfica es sumamente importante en las tarjetas de visita. Con frecuencia se sugiere utilizar cuerpos de texto de al menos 8 puntos para una correcta legibilidad. Mi recomendación es hacer una prueba de impresión. Existen tipografías donde sus características no ofrecen buena legibilidad en estos puntajes tan pequeños. A esto se le suma que, si el fondo es negro, la tipografía tiende a contraerse perceptivamente.
Conversión de las fuentes a contorno
Por otro lado, recomiendo convertir las fuentes a contornos para evitar problemas de compatibilidad al enviar el archivo a imprenta. Si esto no se realiza puede que, en imprenta, se sustituya la fuente tipográfica por otra no controlada. Cuando se hace esta operación, es necesario tener en cuenta que la tipografía se hace un poco más gruesa.
No obstante, en proyectos más extensos, como libros, esta conversión no la recomiendo. Los ordenadores deben procesar mucha más información y pueden llegar a bloquearse.
Color y perfil de color
En cuanto al color, es fundamental trabajar en modo CMYK (cian, magenta, amarillo, negro). También debes ajustar el perfil de color a Fogra 39 desde el inicio del diseño, para asegurar una reproducción lo más similar posible en la impresión final.
Diseño general
Recomiendo no colocar texto e imágenes cerca del borde. Así evitas que se pierdan en el proceso de guillotinado de la tarjeta. Si puedes evitar el uso de marcos en el diseño mucho mejor, pues pueden quedar descentrados. Además, es fundamental añadir marcas por donde se desea guillotinar (marcas de corte) y dejar un margen de seguridad de al menos 3mm (sangrado) para evitar cortes no deseados.
Material
En cuanto al material, normalmente se recomienda un gramaje mínimo de 240 gr, aunque en lo personal, recomiendo un gramaje de 300 o 350. La selección del papel se puede complementar con diferentes tipos de acabados, como el glasofonado, que no solo protegen la tarjeta, sino que también le proporcionan un aspecto profesional.
El campo del diseño gráfico abarca una amplia gama de disciplinas y habilidades. La comunicación con la imprenta se convierte en la solución más acertada cuando se trata de un producto que tendrá un soporte impreso. No podemos abarcarlo todo, pero es esencial que los diseñadores tengamos un conocimiento general de los procesos de producción, y mucho mejor si tenemos un amigo que trabaje en una imprenta 😉
El negro en la preparación de los archivos para imprenta, es el tema que he traído hoy. Resulta un asunto de muchas nebulosas para nosotros los diseñadores. Por eso mencionaré los aspectos más importantes para que el resultado en imprenta sea lo que realmente queremos.
Impresión en cuatricomía
En primer lugar, es importante conocer el funcionamiento de la impresión en cuatricromía. Los archivos destinados a la imprenta se preparan en modo CMYK, que consiste en C (cian), M (magenta), Y (amarillo) y K (negro). La combinación de estos ofrece la posibilidad de generar una amplia variedad de colores, entre ellos el negro. Cada modo de color se representa mediante porcentajes individuales. Debemos tener en cuenta que estos colores se producen imprimiendo capas separadas una encima de otra. Por ejemplo, un rojo podría ser C:0% M:100% Y:100% K:0%.
Textos en negro
El trabajo para los textos o líneas finas en negro puede variar en relación a planos de mayores dimensiones. En el caso del texto en negro para impresión offset se debe utilizar solo el valor K:100%. Así se evita que al superponer las planchas de colores se desplace el texto y quede con poca nitidez. Si este es el objetivo, recomiendo que el desplazamiento sea intencionado desde el diseño, para que luego no se perciba como un error de impresión.
Planos o superficies en negro
Para planos de mayor tamaño este valor K debe complementarse con el C, M, Y en valor 30 o 40%. Esta combinación también se le conoce como negro enriquecido. Algunos impresores entienden que es suficiente solo con K:100% y C:30% para obtener un negro intenso (OJO: el resultado es un negro ligeramente “azulado”). También pueden existir fallos de registro en planos de mayores dimensiones, pero se prioriza la intensidad del negro ya que estos desplazamientos de los colores se echan a ver menos.
Impresión digital
La impresión digital es otra historia, pero tienen puntos en común. Los porcentajes para planos deben ser iguales que los de offset C:40% M:40% Y:40% K:100%, de esta manera se evita que el negro impreso quede gris o manchado. Sin embargo, no es notable un desplazamiento del texto en caso de que trabajes estos mismos valores para ellos. Si quieres saber más sobre la impresión digital te dejo este link.
Importante: Nunca descartes el valor K:100% para lograr el negro, y que la suma de los porcentajes que utilices no se acerque a 300.
A modo de resumen:
-Para textos o líneas finas, utiliza solo el valor K (negro) al 100%.
-En superficies más grandes, complementa el valor K:100% con C:40% M:40% Y:40%.
-Recuerda siempre hablar primero con la imprenta 😉
Anteriormente estuvimos hablando sobre los principales tipos de impresión: offset y digital. Estos se caracterizan por ser los de mayor conocimiento popular, pero existen otros métodos de impresión que pueden ser tan o más interesantes que estos.
Te invito a conocerlos con una perspectiva técnica. Sin embargo, es bueno que sepas que la historia que los acompaña es mucho más interesante.
La impresión tipográfica es un método clásico de impresión directa que emplea tipos móviles para reproducir texto. En este proceso, los tipos móviles utilizados tienen áreas que sobresalen y se cubren de tinta. Al presionarlos sobre una superficie suave, la tinta se transfiere a ella y se obtiene la imagen reflejada.
Este método tradicional utiliza tintas grasas compuestas por aceites y resinas sintéticas que se secan mediante penetración en el soporte. Es especialmente adecuado para imprimir en materiales suaves como papel, cartulina y cartón.
Se utiliza comúnmente en la impresión de carteles, invitaciones, tarjetas. En ocasiones se usan los tipos móviles sin la presencia de tinta, para lograr un efecto de relieve a partir de un golpe seco.
La impresión tipográfica se destaca no solo por su capacidad para reproducir texto con claridad y precisión, sino también por la estética única que le brinda. Permite trabajar con diferentes gramajes de papel de manera consistente y duradera. Aunque ha sido superada en velocidad por métodos como la impresión offset y digital, sigue siendo valorada en ámbitos donde se busca un acabado artesanal.
Serigrafía
La impresión serigráfica es un método de impresión directa que perdura como una técnica versátil para reproducir imágenes con alta calidad. En este proceso, se transfiere la tinta a través de una malla estirada en un marco, la cual se prepara previamente con una plantilla que define la imagen a imprimir. Las áreas donde no se desea imprimir están protegidas con barniz, permitiendo que la tinta pase únicamente por las zonas designadas.
Esta técnica manual tiene sus raíces en la antigua cultura oriental. Ofrece una capacidad de impresión sobre casi cualquier superficie y acabado. Ampliamente utilizada en las artes gráficas. Destaca como uno de los métodos más populares para la personalización de imágenes y textos en diversos materiales: papel, metal, plástico, tela o vidrio, asegurando una alta resolución en cada impresión. Se utiliza comúnmente para camisetas, bolsas, etc.
Xilografía
La xilografía es un método de impresión en relieve que se destaca dentro de la rama del grabado, ampliamente utilizado para decorar textiles y papel. Este proceso comienza con el tallado manual de un diseño específico sobre una plancha de madera utilizando herramientas como gubias o buriles.
Una vez que el diseño está tallado, se aplica tinta sobre la superficie tallada utilizando un rodillo, asegurando que la tinta penetre en las partes grabadas. Luego, la plancha entintada se presiona sobre un soporte, como papel u otro material, para transferir el diseño en relieve.
Este proceso artesanal garantiza la reproducción fiel del diseño tallado en la madera sobre el soporte final, destacándose por su capacidad para plasmar detalles y texturas con precisión.
Flexografía
La flexografía es una técnica de impresión en relieve. Está diseñada para el embalaje y es ideal para superficies irregulares como cartón ondulado y plásticos. Utiliza planchas flexibles de fotopolímeros y tintas a base de agua que secan rápido. Estas tintas son translúcidas, lo que conlleva a mezclar colores sin superposiciones.
En este método, la tinta se deposita en negativo sobre la plancha. Luego, la plancha presiona el sustrato para transferir la tinta. Imprime un solo color a la vez, lo que puede requerir varios pasos para lograr combinaciones de colores. Utiliza un fotopolímero flexible, conocido como cliché, que está en relieve. Cada color necesita un cliché diferente, junto con un rodillo tintado dedicado. Aunque la calidad de imagen es inferior a la impresión offset, puede reproducir líneas de trama de hasta 175 lpi con tonos suaves.
La flexografía tiene un proceso de puesta a punto rápido y costos iniciales moderados. Es rentable especialmente en tiradas de alrededor de 1000 ejemplares. Esta técnica es común en el sector del embalaje por sus resultados óptimos y su capacidad para trabajar con materiales rígidos, flexibles y curvados.
Huecograbado
El huecograbado es un método avanzado de impresión rotativa. Utiliza cilindros grabados para transferir tinta al sustrato. A diferencia de la impresión tipográfica, las áreas a imprimir están en bajo relieve sobre una plancha de metal. Cada cilindro lleva un color específico.
Durante el proceso, el cilindro cubierto de tinta pasa por una racleta de acero. Esta racleta elimina el exceso de tinta, dejando solo los huecos llenos con la imagen. Luego, la imagen se transfiere al papel al entrar en contacto con la placa.
Este sistema garantiza una impresión de alta calidad. Es capaz de manejar detalles finos. Utiliza una prensa rotativa con cilindros de cobre tratados con ácido. Las tintas al agua que usa son de secado rápido. La calidad de la imagen depende del grosor de los hilos del tamiz. El tamiz de poliéster o nylon determina la resolución, que puede alcanzar hasta 150 líneas por pulgada.
Aunque la preparación inicial es costosa, el huecograbado es versátil. Puede imprimir en una variedad de sustratos, como tejidos, papel, vidrio, plástico y metal. Es ideal para impresión manual y automática.
Además, permite el uso de tintas especiales, como UV, texturizadas y termográficas. También admite colores de la gama CMYK y Pantone.
Tampografía
La tampografía es un método de impresión moderno. Utiliza una placa metálica o plástica recubierta con una emulsión fotosensible. Esta placa se graba químicamente para formar un huecograbado. Luego, el grabado se cubre con tinta y una cuchilla barre el exceso de esta. Después, un tampón de silicona presiona sobre el grabado de la placa, recoge la tinta y la transfiere al objeto que se va a imprimir por contacto. Este proceso se utiliza comúnmente para el marcaje de productos y campañas.
Litografía
La litografía comienza con la aplicación de diversas tintas sobre una base. Se utiliza ácido nítrico para fijar el diseño en el soporte. Las áreas hidrófilas permanecen sin tinta. En cambio, las áreas con tintas grasas o resinosas capturan la imagen en el papel.
El paso del diseño de la plancha o piedra al papel se realiza por presión. Esto permite reproducir el diseño tantas veces como se desee sin hacer copias manuales repetidas.
Las litografías suelen ser reproducciones de pinturas o diseños originales creados por artistas reconocidos. Aunque son impresiones gráficas en masa, también pueden ser consideradas únicas. Cada litografía está típicamente firmada por el artista y numerada de manera única dentro de una serie total de copias. Las litografías son muy apreciadas debido a su técnica distintiva y la posibilidad de adquirir una obra de arte a un precio relativamente accesible.
Conclusión
Cada tipo de impresión presenta ventajas y aplicaciones específicas. La impresión offset destaca por su alta calidad y eficiencia en grandes volúmenes. La impresión digital resulta buena para la personalización y tiradas cortas.
Para textos que requieran un toque artesanal, la impresión tipográfica es la mejor opción. La serigrafía y la xilografía ofrecen un enfoque artesanal y único, permitiendo impresiones sobre diversos materiales. La flexografía y el huecograbado funcionan excelentemente en embalajes. La tampografía se especializa en marcar productos industriales, mientras que la litografía reproduce un diseño original manteniendo su carácter artístico tantas veces como se desee.
Cada técnica no solo se adapta a diferentes necesidades de impresión, sino que también refleja una combinación única de arte y tecnología. Esto permite una amplia gama de aplicaciones industriales, comerciales y artísticas que puedes aprovechar para tus proyectos.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.